Cuando uno piensa en enfermedad, piensa en unos síntomas desagradables, dolorosos.
Cuando uno piensa en curación, piensa en la desaparición de los síntomas de la enfermedad y de la causa de estos. Y te ponen una inyección y aguantas el dolor porque hay un beneficio normalmente palpable. Pero en el cáncer de detección temprana es del todo al revés, igual que las células afectadas en lugar de morir cuando les toca se reproducen, nos encontramos en una enfermedad indolora, invisible, sin ningún síntoma y que al ser tratada en lugar de desaparecer los «no síntomas» aparecen, una medicación y tratamientos que en lugar de notar un beneficio lo que notamos son unos efectos secundarios como poco desagradables…
Y a quien no se le pasa por la cabeza dejar una medicación que te hace sentir mal…
Y la teoría siempre es más fácil que la práctica